El crecimiento de la población de esta especie ha hecho que empiece a compartir hábitat con los humanos. Este escenario no solo causa molestias, sino que puede afectar a nuestra salud. ¿Conoces las enfermedades del jabalí y cómo se transmiten?
Mitos y realidades de las enfermedades del jabalí
Cualquier animal, incluidos los humanos, puede tener enfermedades y transmitirlas a otras especies. Sin embargo, para que se produzca un contagio, se tienen que dar una serie de condiciones. Por ejemplo, ingerir la carne del animal cuando está contaminada, sufrir una mordedura, o estar en contacto con sus fluidos o sus heces, principalmente.
Aunque estas situaciones son poco habituales en el caso de este animal, sigue habiendo una preocupación generalizada por las enfermedades del jabalí o de cualquier otro animal que se encuentre en las mismas zonas en las que residimos. Hay que recordar que perros y gatos, que habitan en nuestros hogares, también tienen el potencial de transmitirnos una enfermedad, que se conoce como zoonosis. Y por la cercanía del contacto, la probabilidad es mayor.
Para evitar la transmisión cuando se trata de animales salvajes, se recomienda mantener la distancia con ellos cuando están próximos y separar los hábitats. Pero este es precisamente el problema actual. Los bosques, que son el lugar donde residen, están continuamente amenazados. Y al no tener un depredador directo, su población está creciendo de forma desenfrenada y se acercan a las urbes en busca de alimento y refugio. Es así como se incrementa el riesgo de contraer las enfermedades del jabalí.
Enfermedades del jabalí para los humanos
Hepatitis E
Es una enfermedad hepática ocasionada por un virus. El contagio se produce por aguas contaminadas con restos de heces infectadas, o por consumir carne de animales contaminados. La infección suele pasar en unas semanas, pero existe el riesgo de que derive en una insuficiencia hepática muy grave. Los síntomas son falta de apetito, náuseas, dolor abdominal e ictericia.
Mal rojo
La bacteria Erysipelothrix rhusiopathiae produce infecciones en el organismo, y es otra de las enfermedades del jabalí. Se la conoce como Erisipela Porcina, y se transmite por vía cutánea a través del contacto con animales que están infectados. Pero no solo afecta a los jabalíes, sino también a los cerdos, a los que genera problemas reproductivos y septicémicos, con independencia de la edad que tengan.
Infecciones bacterianas
La Salmonella, Escherichia coli, Campylobacter o Leptospira son infecciones bacterianas que se producen por el consumo de alimentos que están intoxicados. Las causas son varias, pero suele deberse a que no han pasado por los controles sanitarios pertinentes o porque no han sido cocinados de la forma adecuada. Los síntomas más comunes suelen ser problemas gastrointestinales, que pueden ir desde leves hasta muy graves. Por eso, se deben tratar con rapidez para que no vayan a más.
Triquinosis
La triquinosis es una enfermedad que está causada por la ingestión de una larva. Esta se instala en el intestino para reproducirse y termina por invadir el organismo de la persona infectada. Se contagia también a través del consumo de productos cárnicos. Es una de las enfermedades del jabalí más comunes y suele ser contraída por aquellas personas que consumen animales de caza. Una vez que las larvas embrionarias han invadido los músculos, no hay tratamiento específico.
Soluciones para prevenir enfermedades
Existen más
enfermedades del jabalí, pero dado que los contagios son muy poco frecuentes, es preferible centrar la atención en las medidas que se pueden tomar para prevenir los
conflictos con estos animales.
Si se trata de animales destinados al consumo, se debe hacer hincapié en su bienestar y en las condiciones en las que se mantienen, dado que repercuten directamente en la calidad de la carne y otros productos y en las enfermedades que pueden contagiar.
Para los animales salvajes, se debe limitar el acceso a los espacios donde habitan los humanos. Para ello, se pueden instalar comederos y refugios en los bosques para que permanezcan en el interior de estos. Pero cuando no es posible o el número de ejemplares es muy elevado, se pueden instalar cercados que protejan las zonas vulnerables.
Estas pueden ser recintos deportivos, parques y jardines o áreas para el cultivo. En cuanto a las medidas, existen diferentes tipos de cercados que impiden el acceso, de fácil instalación y con sistemas que se adaptan al entorno. También vallas electrificadas y cercados virtuales para carreteras. Además,
repelentes olfatorios.
Para conocer qué medida es más recomendable en función de la problemática concreta que se tenga,
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