¿Te has preguntado alguna vez qué sucede cuando un ave y un avión se encuentran en el aire y cuáles son las especies que más chocan contra los aviones? Este fenómeno, conocido técnicamente como bird strike, es una de las mayores preocupaciones en la seguridad aeronáutica moderna. Por tanto, la identificación de las especies más problemáticas y el análisis de su comportamiento son fundamentales para desarrollar estrategias de mitigación efectivas y proteger tanto a los pasajeros como a la fauna.
A continuación te explicamos en detalle qué especies representan un mayor riesgo, por qué son tan peligrosas y qué soluciones profesionales existen para gestionar este complejo desafío en el entorno aeroportuario.
Bird Strike: un análisis técnico del riesgo aviar
En primer lugar, un bird strike se define como cualquier colisión entre una aeronave en movimiento y un ave o un grupo de ellas. Aunque la mayoría de estos incidentes no tienen consecuencias graves, su potencial para causar daños catastróficos es real y está bien documentado. De hecho, la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE.UU. estima que los impactos con fauna generan más de 900 millones de dólares en daños anuales solo en la aviación civil y militar de ese país.
Por otro lado, la física detrás de un impacto es implacable. La energía cinética liberada en una colisión es proporcional al cuadrado de la velocidad. Esto significa que incluso un ave de tamaño mediano, al chocar con un avión que se desplaza a cientos de kilómetros por hora, puede generar una fuerza de impacto devastadora. Por ejemplo, el impacto de un ganso de 5,4 kg durante el despegue equivale a la fuerza de un objeto de 455 kg lanzado desde una altura de tres metros.
¿En qué fases del vuelo ocurren más colisiones? Las estadísticas son claras: más del 85% de los bird strikes se producen durante las fases de despegue y aterrizaje, por debajo de los 2.000 pies de altura. Es en este espacio aéreo de baja altitud donde la actividad de las aves y las trayectorias de las aeronaves se solapan con mayor frecuencia, creando un escenario de alto riesgo.
Asimismo, la parte más vulnerable de una aeronave es, sin duda, el motor. La ingestión de un ave (o varias) puede causar un fallo catastrófico del motor, como ocurrió en el famoso incidente del vuelo 1549 de US Airways, que tuvo que amerizar en el río Hudson en 2009 tras chocar con una bandada de gansos canadienses.
Las especies que más chocan contra los aviones: un ranking de peligrosidad
En consecuencia, no todas las aves representan el mismo nivel de amenaza. La peligrosidad de las especies que más chocan contra los aviones se determina por una combinación de factores: su tamaño y peso, su tendencia a volar en bandadas y su comportamiento en el entorno aeroportuario. Por tanto, los programas de gestión de fauna en aeropuertos centran sus esfuerzos en monitorizar y controlar a las especies de mayor riesgo.
Las aves de gran tamaño y peso, como los buitres y los gansos, encabezan la lista de las más peligrosas. Un solo impacto con una de estas aves puede causar daños estructurales significativos en el fuselaje, las alas o, peor aún, destruir un motor. Además, su comportamiento agrava el riesgo. Los buitres, por ejemplo, son atraídos por la presencia de carroña y utilizan las corrientes térmicas que se forman sobre las pistas de asfalto para ganar altura, lo que los sitúa directamente en las rutas de aproximación y despegue.
¿Qué otras especies son problemáticas? Las aves que vuelan en grandes bandadas, como los estorninos o las gaviotas, también suponen un riesgo muy alto. Aunque individualmente son pequeñas, un impacto múltiple puede tener consecuencias devastadoras, especialmente si varias aves son ingeridas simultáneamente por los motores. Las aves migratorias, por su parte, aumentan el riesgo estacionalmente, con picos de colisiones durante la primavera y, sobre todo, el otoño.
Ranking de las especies más peligrosas
Basado en datos de la FAA, AESA y estudios internacionales, este es un ranking de las especies más peligrosas:
- Buitres (varias especies): Considerados los más peligrosos por su gran tamaño y su comportamiento de vuelo.
- Gansos (especialmente el ganso canadiense): Gran peso y tendencia a volar en bandadas a altitudes de riesgo.
- Gaviotas (varias especies): Abundantes en zonas costeras y atraídas por vertederos cercanos a aeropuertos.
- Patos y ánades: Aves acuáticas de tamaño considerable que frecuentan masas de agua en el entorno aeroportuario.
- Cigüeñas y garzas: Aves de gran tamaño y patas largas, con un vuelo lento que dificulta su evitación.
Factores que atraen a las aves a los aeropuertos
Asimismo, para gestionar eficazmente el riesgo, es crucial entender por qué las especies que más chocan contra los aviones se sienten atraídas por los aeropuertos. En primer lugar, los aeropuertos ofrecen grandes extensiones de terreno abierto con hierba corta, que constituyen un hábitat ideal para muchas especies que se alimentan de insectos y pequeños vertebrados. La presencia de zonas encharcadas o masas de agua, utilizadas para drenaje o fines ornamentales, también actúa como un imán para las aves acuáticas.
Posteriormente, la actividad humana en los alrededores del aeropuerto puede agravar el problema. La existencia de vertederos, plantas de procesamiento de alimentos o explotaciones agrícolas en las proximidades atrae a un gran número de aves oportunistas, como gaviotas y córvidos, que luego utilizan el aeropuerto como zona de descanso o de paso.
¿Influye la iluminación? Sí. La iluminación nocturna de los aeropuertos puede desorientar a las aves migratorias durante sus vuelos nocturnos, provocando que desciendan a altitudes peligrosamente bajas y aumentando la probabilidad de colisión. Por el contrario, el uso controlado de tecnología lumínica, como las linternas láser especializadas, puede ser una herramienta efectiva para disuadir a las aves de manera no letal. Además, las propias estructuras del aeropuerto, como hangares y terminales, pueden ofrecer lugares de anidación y posado para algunas especies.
Finalmente, la falta de depredadores naturales en el entorno aeroportuario controlado crea una falsa sensación de seguridad para muchas aves, que lo perciben como un santuario libre de amenazas. Este conjunto de factores convierte a los aeropuertos en ecosistemas artificiales altamente atractivos para la fauna aviar, lo que requiere una gestión proactiva y constante.
Estrategias profesionales para la gestión del riesgo aviar
No obstante, existen soluciones técnicas avanzadas para mitigar el riesgo que suponen las especies que más chocan contra los aviones. La gestión moderna del peligro aviar se basa en un enfoque integrado que combina métodos de exclusión, disuasión y, en última instancia, control letal cuando es estrictamente necesario. La clave del éxito radica en la adaptación de las estrategias a las especies específicas presentes en cada aeropuerto y a las condiciones locales.
Los métodos de disuasión son la primera línea de defensa. Estos incluyen el uso de pirotecnia, sistemas de bioacústica que emiten llamadas de depredadores o de aves en apuros, y vehículos con luces estroboscópicas. La cetrería, utilizando halcones adiestrados, es una de las técnicas más efectivas para ahuyentar a otras aves, ya que simula la presencia de un depredador real de una manera muy convincente.
¿Y si la disuasión no es suficiente? En esos casos, se recurre a la modificación del hábitat. Esto implica eliminar las fuentes de alimento y agua, gestionar la vegetación para hacerla menos atractiva y utilizar técnicas de exclusión física, como redes y pinchos, para impedir que las aves se posen o aniden en las estructuras del aeropuerto. La gestión adecuada de los residuos y la colaboración con los municipios para controlar los vertederos cercanos son también medidas cruciales.
| Especie Problemática | Factor de Riesgo Principal | Método de Control Recomendado | Efectividad Estimada | Nivel de Complejidad |
|---|---|---|---|---|
| Buitres | Gran tamaño, vuelo a gran altitud | Cetrería, gestión de carroña | Alta | Muy Alta |
| Gansos | Vuelo en bandadas, gran peso | Perros pastores, modificación de hábitat | Media-Alta | Alta |
| Gaviotas | Comportamiento gregario, atracción por basura | Bioacústica, gestión de vertederos | Alta | Media |
| Aves limícolas | Atracción por zonas encharcadas | Drenaje y eliminación de charcos | Muy Alta | Baja |
¿Necesitas un plan de gestión de fauna para tu aeropuerto?
En consecuencia, la gestión del riesgo que suponen las especies que más chocan contra los aviones es una disciplina altamente especializada que no puede dejarse al azar. Por tanto, la elaboración de un Plan de Gestión del Peligro de la Fauna es un requisito normativo para la mayoría de los aeropuertos y una necesidad operativa para garantizar la seguridad de las operaciones.
Además, este plan debe ser un documento vivo, basado en un análisis de riesgo continuo y en la recopilación sistemática de datos sobre avistamientos e impactos. La tecnología juega un papel cada vez más importante, con el uso de radares aviares para la detección de bandadas en tiempo real y sistemas de información geográfica (SIG) para mapear las zonas de mayor riesgo.
Finalmente, la formación del personal aeroportuario y de las tripulaciones es fundamental. Todos los actores involucrados deben ser capaces de identificar a las especies más peligrosas, reportar avistamientos de manera efectiva y entender los procedimientos a seguir en caso de un bird strike. La colaboración y la comunicación son la base de un programa de gestión de fauna exitoso.
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