La
víbora hocicuda es una de las especies de serpientes más peligrosas de España. Se encuentra principalmente en la península ibérica, salvo el extremo norte y los Pirineos. Se caracteriza por su veneno neurotóxico. Para evitar encuentros con este reptil, es importante mantenerse alerta al caminar por zonas boscosas y evitar introducir las manos en arbustos o matorrales, dado que es en estos lugares donde se suelen esconder. Además, es recomendable usar botas altas y pantalones largos cuando se realicen actividades al aire libre. Sobre todo, en aquellas áreas donde habita esta serpiente.
Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)
La culebra bastarda está distribuida por todo el territorio nacional, salvo la zona cantábrica. Puede llegar a alcanzar una longitud de dos metros de longitud. Si bien es venenosa, un punto a nuestro favor es que sus colmillos están en la parte trasera de la boca, en el fondo de la boca, y por su forma, se vuelve casi imposible que pueda inocular su veneno con una mordedura. Además, no es excesivamente potente.
La culebra cogulla (Macroprotodon cucullatus)
Con un tamaño que no supera el medio metro, la culebra cogulla es fácilmente reconocible por su collar oscuro, que por lo general, le cubre su cabeza. Acostumbra a pasearse en busca de alimento por la noche, y su veneno no excesivamente dañino. Por lo menos para los humanos, ya que sí lo es para pequeños mamíferos y aves, de los que se alimenta. Como en las demás especies, hay que mantenerse siempre en las zonas de caminos, llevar ropa protectora adecuada y no meter las piernas o las manos en lugares sin visibilidad.
Otras medidas ante reptiles peligrosos
Además de las medidas que podemos tomar los humanos para evitar el contacto con los reptiles peligrosos, también se recomienda no molestar a las especies animales en su hábitat. El hecho de que podamos acceder a los bosques, no nos da el derecho de interferir en la vida de aquellas.
Son este tipo de situaciones las que suelen llevar a accidentes. Los animales salvajes actúan por instinto, y si se sienten amenazados o acorralados, lo que harán es atacar para poder huir y mantenerse a salvo. Si hemos realizado alguna acción inadecuada o reaccionamos con brusquedad, estas serán las causas del conflicto.
Junto a estas medidas, también se pueden usar estrategias que protejan los espacios en los que residimos. Por ejemplo, usando
cercados para fauna de pequeño tamaño. Este tipo de instalaciones se usan con frecuencia en zonas de obras, infraestructuras de transporte u otras áreas que requieran de protección.
Más allá de que se pueda tratar o no de
reptiles peligrosos, conservar su vida es importante, ya que todas las especies tienen una
función en el ecosistema. Con estos vallados, reptiles y anfibios pueden salir de esta zona protegida, pero no pueden volver al interior. Por lo tanto, queda libre de animales y tanto ellos como los humanos no verán sus vidas afectadas.