Con el aumento de la población de jabalís en diversos municipios del Estado, son varias las propuestas que se han puesto sobre la mesa. La acción de los cazadores sin duda contribuye a mitigar la situación, pero en determinadas zonas urbanas y periurbanas la ley no permite el uso de armas de fuego y es necesario recurrir a alternativas.
La sobrepoblación de jabalís
En un escenario de aumento de la superficie forestal por abandono de cultivos, de ausencia de depredadores la población de jabalí ha ido en aumento en las últimas décadas. Esta situación es el origen de los daños que los jabalíes están causando diariamente a infrastructuras e instalaciones.
La caza del jabalí se plantea como herramienta de control efectivo en zonas de cultivos alejados de poblaciones, sin embargo en determinadas zonas no es posible el uso de armas de fuego, son las llamadas zonas de seguridad en la ley de caza. A éstas hay que añadir aquellos terrenos de reserva de caza y otros excluídos por una razón u otra de la actividad cinegética.
En otras ocasiones la caza puede ser mucho más efectiva como método de control de daños producidos por jabalíes si se combina con otras medidas.
¿Cuáles son, entonces, las alternativas posibles?
Alternativas a cazar jabalís
Los métodos alternativos a la caza pasan por evitar su acceso a determinadas zonas urbanas o de infrastructuras. Generalmente, el motivo por el que acuden allí es la búsqueda de alimento y de refugio.
Vallas, cercados y placas
Utilizar cercados y vallas es una medida temporal muy efectiva para impedir que los jabalís accedan a determinadas zonas. Son especialmente útiles para las cosechas, las carreteras, parques e instalaciones deportivas.
Existe la posibilidad de que los cercados estén electrificados. De esta manera, se produce al contacto una descarga de alta potencia. No obstante, únicamente provoca un dolor puntual pero no causa ningún daño. La asociación del cercado con la sensación de dolor obliga al animal a buscar otra zona a la que acceder. Este tipo de instalaciones requieren de un mantenimiento continuado para que puedan funcionar correctamente.
En cuanto a las placas electrificadas, utilizadas principalmente para las autopistas, tienen una vida útil de unos 25 años. Afectan levemente al tránsito, pero logran evitar accidentes de tráfico. Tampoco causan daños en los animales y evita las colisiones en los denominados puntos negros, lugares de alta frecuantación de jabalí donde se registran numerosos accidentes cada año.
Repelentes olfatorios
La segunda alternativa son los repelentes olfatorios. El jabalí tiene este sentido muy desarrollado, por lo que cualquier método que utilice esta vía sera eficaz. En Faunatek disponemos de dos tipos: en spray y en aspersión. La elección vendrá determinada por el perímetro a tratar.
No contienen ingredientes tóxicos y son muy sencillos de aplicar. Además, se incluyen distintos aromas para evitar que el animal pueda acostumbrarse a uno. Se utilizan para los cultivos, los aeródromos y recintos deportivos. También pueden aplicarse en fincas de difícil acceso.